Claudia, primero que todo quiero enviarte un saludo y las gracias por ayudarme a compartir mi trabajo y un poquito de la historia de nuestro negocio.
Comencemos hablando de mi familia, soy nacido en Venezuela pero descendiente de inmigrantes mi papá es portugués y mi mama italiana, crecimos viendo que nuestros padres se dedicaban al comercio y poco a poco nos fuimos envolviendo y aprendiendo, eran pequeños negocios familiares.
En los últimos años dadas las circunstancias y presumiendo lo que podía venir para venezuela, que ya hoy es lamentablemente una realidad, nos planteamos la necesidad de hacer algún emprendimiento fuera del país, una especie de plan B por si nuestros miedos llegaban a ser ciertos.
La primera en irse del país fue mi hermana. Ella tuvo la oportunidad de trabajar en una heladería en Cánada y desde ahí comenzó a enamorarse de los helados y del modelo de negocio. Estando ella afuera comenzamos a investigar e identificar qué oportunidad podíamos aprovechar para comenzar un negocio nuevo.
Decidimos por cuestiones de cercanía con Venezuela, clima, adaptación, entre otros factores que el negocio tenía que ser en miami, tras dos años de ver y buscar que montar o que comprar y nada de lo que veíamos nos parecía adecuado, surgió la idea de la gelateria.
Mi hermana tenía un poco de experiencia en ese negocio y lo más importante era que le gustaba y decidimos que por ahí arrancaría el emprendimiento.
Como todo comienzo fue difícil, comenzamos por así decirlo vendiendo granizado en mercados en la calle (Farmers market ), vimos que si se vendía entonces era momento del otro paso, aprender a hacer helados. Realizamos el curso en la universidad del gelato en Carolina del Norte que nos dio la base teórica necesaria para poder hacer un producto de calidad.
Con ese conocimiento compramos dos maquinas pequeñas parecidas a las q se usan para hacer granizados y comenzamos a elaborar el gelato en esas máquinas, paso como un año que trabajábamos de esa forma y moviéndonos por muchos sitios en la calle, con la finalidad de aprender del mercado y saber si al consumidor le gustaba nuestro producto.
Al fin de ese año nos dimos cuenta que si que era momento de ya tener un sitio fijo donde la gente pudiera ir a consumir nuestro producto y arrancamos con el proceso de montar la heladería.
Actualmente tenemos dos años abiertos, al público le gusto el concepto le gusta la idea de que es un producto artesanal, valoran el esfuerzo, la constancia y el buen servicio que reciben cuando nos visitan.